Reconoce
los signos
No existe una víctima-sobreviviente «típica» de violencia doméstica, y existen muchos mitos y estereotipos sobre quiénes la sufren. En realidad, cualquiera puede sufrir violencia doméstica, aunque –de acuerdo con las estadísticas – las mujeres y los adultos jóvenes corren un mayor riesgo. Las víctimas-sobrevivientes suelen ser estereotipadas, tanto por la sociedad como por los medios de comunicación, como procedentes de familias con bajos ingresos económicos o «disfuncionales». La sociedad también tiende a asumir que las mujeres profesionales económicamente independientes, inteligentes y capaces son menos propensas a sufrir violencia doméstica. Estos estereotipos dañinos pueden silenciar a las personas de hogares con ingresos más altos, como Anna, que pueden sufrir en silencio debido a la vergüenza o al miedo a ser juzgada, y el daño a su reputación en su vida personal o en el trabajo.
Anna está sufriendo abuso económico, diseñado para crear inestabilidad económica y/o hacerla dependiente económicamente. El abuso económico a menudo incluye controlar las finanzas, robar dinero o coaccionar a alguien para que se endeude. También puede incluir el control de otros recursos, como la vivienda, la comida y el transporte, así como el control sobre el empleo y el crecimiento o desarrollo profesional. El abuso económico rara vez se da de forma aislada y a menudo se produce junto con otras formas de violencia doméstica. ¿Cómo podemos saber si la relación de Anna es abusiva y no es simplemente una relación difícil? Los factores diferenciadores clave son el poder y el miedo. Existe un desequilibrio de poder y Anna se siente asustada, preocupada por las consecuencias de no obedecer, las posibles acciones de Leo y el impacto de terminar la relación. Leo tiene el control de las finanzas de Anna, le restringe el acceso a su propio dinero y él decide cómo se gasta. Por ejemplo, limita su capacidad para asistir a la fiesta de despedida de un compañero de trabajo controlando sus gastos. Le fija una cantidad de gasto semanal y le exige que le entregue los recibos y justifique sus gastos si la supera. Leo también muestra un comportamiento controlador al amenazar con quitarle la tarjeta bancaria y, aunque su oferta de recogerla del trabajo pueda parecer amable, es un intento más de impedir que asista a la fiesta.
La violencia doméstica es perjudicial, y Anna puede sufrir problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, así como problemas de salud física. Probablemente, Anna intente que sus experiencias familiares no afecten a su trabajo. Sin embargo, es posible que le resulte difícil concentrarse en el trabajo, cometa errores con más frecuencia y, en ocasiones, tenga que volver a realizar algunas tareas. Anna puede sentirse cansada o agotada en el trabajo, especialmente si no puede permitirse comer lo suficiente o tiene que caminar largas distancias porque no puede gastar en transporte.
Anna puede intentar ocultar sus sentimientos, pero es posible que, por ejemplo, esté luchando contra una baja autoestima y confianza en sí misma; también puede parecer cansada, ansiosa o más callada y distraída. Puede haber otros cambios notables en su comportamiento. Anna puede dejar de comer en el trabajo o de participar en eventos sociales que antes disfrutaba con sus compañeros. Puede haber un deterioro en su cuidado personal y la ropa que Anna utiliza, debido a las limitaciones económicas. Puede expresar ansiedad por decisiones económicas sencillas, como si puede tomar el transporte público para ir del trabajo a casa.